Bogotá enfrenta múltiples problemáticas sociales, y una de las que persiste con fuerza es el sicariato. En muchos casos, estos actos están relacionados con disputas entre bandas criminales, cobros de deudas o ajustes de cuentas, lo que genera un ambiente de inseguridad en diferentes sectores de la ciudad.

De acuerdo con cifras entregadas por el Concejo de Bogotá, los casos de sicariato han venido aumentando en los últimos años. En 2022 se registraron 430 asesinatos bajo esta modalidad, mientras que en 2024 la cifra subió a 606. Además, en lo que va del 2025 ya se han reportado 156 homicidios por encargo, de los cuales 140 aún no tienen responsables identificados.

Frente a esta situación, desde el Concejo se han venido haciendo llamados para expresar la preocupación y pedir medidas efectivas a la alcaldía de Carlos Fernando Galán, con el objetivo de velar por la seguridad de los ciudadanos. 

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¿Cuál es el panorama en Bogotá frente al sicariato?

Recientemente, el concejal Julián Espinosa, expresó su preocupación por el aumento de los homicidios por encargo en la ciudad durante los últimos años. Según datos compartidos por el cabildante, en el primer semestre de 2025 se han registrado 521 homicidios, de los cuales 156 fueron cometidos mediante la modalidad de sicariato. 

De mantenerse esta tendencia, asegura el cabildante, Bogotá podría cerrar el año con aproximadamente 568 asesinatos bajo esta modalidad, lo que representaría un aumento con respecto a los 607 casos de 2024, los 437 de 2023 y los 431 de 2022.

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“Una realidad aún más alarmante es la alta impunidad: de esos 156 casos, solo se han logrado 16 capturas, lo que deja 140 casos sin resolver. En otras palabras, casi el 90% de los sicariatos en Bogotá quedan en la impunidad”, afirmó Espinosa, quien además cuestionó que las medidas implementadas para combatir este tipo de homicidios no han cambiado significativamente desde hace más de tres décadas. 

El concejal recordó que desde 1988 se han venido aplicando estrategias similares sin éxito, como el control de motocicletas, restricciones al porte de armas y operativos focalizados. Entre julio de 2024 y enero de 2025, según sus datos, se realizaron solo 11 patrullajes mensuales y cuatro megatomas por mes. 

“Por eso exigimos estrategias reales y efectivas. Porque, ojo a esta realidad: hace 35 años las propuestas para reducir el sicariato eran restricciones a las motos y control de armas. Hoy, desde la Secretaría de Seguridad, se plantean exactamente las mismas: control de armas ilegales y la posibilidad de restringir al parrillero”, señaló Espinosa.

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Otro aspecto señalado por Espinosa fue el crecimiento del presupuesto destinado a combatir este tipo de delitos, el cual, según él, se ha multiplicado por ocho sin que se evidencien resultados significativos. Afirmó que el reclutamiento de jóvenes para cometer asesinatos es cada vez más frecuente, con pagos que pueden ir desde los $500.000 hasta los $5 millones, dependiendo del objetivo. 

Finalmente, el tráfico de armas sigue siendo un problema sin control, asociado a las cifras del sicariato. En Bogotá se incautaron 1.119 armas en 2022, 3.105 en 2023 y 439 en el primer trimestre de 2024. A nivel nacional, entre enero y abril de 2025, fueron decomisadas 8.466 armas, muchas de ellas provenientes de Estados Unidos. Según la Policía Nacional, en Colombia se incauta un arma de fuego cada 20 minutos, lo que da cuenta de la magnitud del problema.