
Lo que antes eran espacios destinados al juego de los niños y al descanso de adultos mayores, hoy son epicentros de consumo y presunto expendio de drogas a plena luz del día.
Dos casos recientes, en barrios de las localidades de Fontibón y Usaquén, reflejan la expansión de una problemática que, según vecinos, lleva años sin respuesta efectiva por parte de las autoridades.
Modelia: consumo frente a colegios y jardines infantiles
En el barrio Modelia, en la localidad de Fontibón, los residentes denuncian que el parque Las Margaritas, ubicado en la carrera 74B con calle 24D, se encuentra tomado por grupos de personas que consumen sustancias psicoactivas incluso durante los horarios de ingreso y salida de los colegios del sector.
Andrea, madre de familia que recoge diariamente a sus hijos en un colegio cercano, relató la escena que presencia con frecuencia. “Cada vez que paso a recoger a mis hijos, hay por lo menos diez muchachos fumando marihuana en el parque. Cinco minutos antes de que los niños salgan, los papás estamos haciendo fila para recogerlos y ellos están ahí fumando”, relató.
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A pesar de los múltiples llamados a la Policía, “pocas veces vienen”, afirma. Incluso, recientemente presenció a un hombre en moto ofreciendo drogas en las inmediaciones del parque, justo en la hora pico escolar.
Felipe Jiménez, presidente de la Junta de Acción Comunal del barrio, confirmó que el parque ha sido usado para ocultar y presuntamente distribuir sustancias ilícitas.
“Este es un parque absolutamente tomado por el consumo de sustancias psicoactivas a toda hora. He visto cómo esconden las drogas en los árboles. Lo más preocupante es que ocurre justo cuando los jóvenes están en descanso o saliendo del colegio”, advirtió.
Los vecinos aseguran que ya no utilizan el parque por temor a robos, peleas y consumo a cielo abierto. A pesar de la cercanía con un CAI, una estación de Policía y la sede de la Dijín, la percepción es de abandono.
“Somos uno de los barrios más inseguros. Aquí no se cumple el plan de ordenamiento. Estamos rodeados de colegios, y aun así, este parque es punto de droga, de robos, de prostitución. Todo eso ocurre frente a nuestros hijos”, denunció otro residente que lleva más de dos décadas en el sector.
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Usaquén: Villa Magdala en un corredor de microtráfico
Una situación similar se vive al norte de la ciudad, en el barrio Villa Magdala, en la localidad de Usaquén. Allí, el parque contiguo a la tienda Olímpica, en inmediaciones de la calle 153, dejó de ser espacio para la comunidad y se ha convertido, según vecinos, en un corredor de habitantes de calle y recicladores que, además de asentarse en la zona, han generado dinámicas de microtráfico, robos y amenazas.
Julián, residente del sector, explicó que todo comenzó durante la pandemia. “Empezaron a llegar recicladores y habitantes de calle al sector. Se tomaron el parque, y hoy ya hay un corredor que va desde el puente de la 153 hasta la avenida 19. En ese trayecto, donde antes transitaban niños y adultos mayores de los hogares geriátricos del sector, ahora hay expendio de droga y amenazas constantes a quienes denuncian”, sostuvo.
Afirma que incluso se presentó un tiroteo hace pocos meses entre presuntos distribuidores y que, pese a la gravedad del hecho, “nadie se dio cuenta porque fue entre ellos, y no hubo intervención inmediata”.
La comunidad, tras insistentes peticiones, interpuso una acción popular para exigir intervención distrital. Sin embargo, los vecinos aseguran que la respuesta sigue siendo lenta y temen represalias.
“Le dicen a la comunidad que no denuncie, que saben dónde vive cada quien. Por eso ya casi nadie se atreve a reportar. Ya no se puede transitar en la noche, y los niños no volvieron al parque. Lo que hay ahora es miedo”, afirmó Julián.