¿Se subiría a la ruta G66 de TransMilenio?: Podría nunca regresar

Aquí tienes el texto optimizado, con corrección de estilo, ortografía, gramática y puntuación, y con negritas aplicada. La ruta G66 de TransMilenio es un mito urbano popular en Bogotá que alude a un bus fantasma que, supuestamente, aparece en las noches para recoger pasajeros. Es conocida como “la ruta fantasma”.

Se dice que este servicio surge únicamente en altas horas de la noche, cuando la ciudad duerme y las estaciones están casi desiertas. Aunque no figura oficialmente en el sistema, hay quienes aseguran haberla abordado o, al menos, haberla visto pasar con su letrero iluminado, rumbo a un destino desconocido.

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La leyenda sostiene que la G66 circula por el corredor de la Caracas, conectando puntos del sur y del norte de la ciudad, y se detiene en estaciones donde ya no hay buses. Algunos afirman que, por dentro, luce como un bus antiguo, con un diseño que no coincide con el actual de TransMilenio, y que los pasajeros que la abordan nunca regresan o aparecen desorientados al día siguiente en lugares remotos. Otros relatos más inquietantes mencionan un conductor silencioso que no responde a los saludos y un ambiente gélido dentro del bus, como si no perteneciera del todo a esta realidad.

Aunque no existe evidencia concreta de la existencia de la ruta G66, el mito se sigue difundiendo y se ha reforzado gracias a testimonios que circulan en redes sociales, foros de internet y conversaciones nocturnas entre trabajadores, vigilantes o estudiantes trasnochadores.

La G66 no es la única ruta fantasmal de la que se habla en Bogotá. Otras leyendas similares se han hablado en distintas zonas de la ciudad:

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• Ruta H27 al Cementerio Central: Se dice que aparece solo el 2 de noviembre, Día de los Difuntos, y recoge pasajeros que desaparecen al pasar la estación Calle 26. Algunos creen que son almas que regresan a visitar a sus familiares.

• Ruta B99 desde el Portal Norte: Supuestamente, este bus lleva a sus ocupantes por una vía inexistente que termina en una estación sin nombre, con puertas que no se abren.

• Ruta D42 de los Silenciosos: Se cree que sus pasajeros no hablan y miran fijamente hacia el frente. El bus nunca se detiene, salvo para recoger a alguien que viaja solo.

• Ruta J13 del Retorno: Se cuenta que quienes suben a este bus regresan una y otra vez al mismo punto de origen, sin importar cuánto tiempo haya pasado, como si estuvieran atrapados en un bucle.