Calle 235 en Bogotá
Calle 235 en Bogotá
Cortesía: Captura de Pantalla
25 Sep 2025 09:59 AM

Vecinos del norte de Bogotá se quejan de calles convertidas en trochas por volquetas y más pesos pesados

David
Rincón
La comunidad insiste en que la medida más urgente es instalar controles o barreras físicas.

Los habitantes del barrio Guaymaral, en la localidad de Suba, viven una creciente preocupación por el deterioro de la calle 235, una vía de carácter residencial que conecta desde la Autopista Norte hasta el sector del aeropuerto de Guaymaral. 

Aunque este corredor fue recuperado por la misma comunidad en 2018 y desde entonces se mantiene con recursos particulares, hoy enfrenta un uso indebido: el paso constante de tractocamiones y volquetas que no solo dañan la malla vial, sino que también ponen en riesgo la seguridad de quienes transitan a pie o en bicicleta.

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De acuerdo con Giselle Yacamán, residente y vocera de los vecinos, antes de 2018 la vía era prácticamente una trocha. Fue gracias al esfuerzo de los residentes que se adecuó y se ha venido conservando. Sin embargo, en los últimos meses la situación cambió radicalmente. 

“Estamos hablando de camiones de hasta ocho ejes que transportan cerca de 40 toneladas. Esos vehículos no solo generan trancones porque no logran maniobrar en las curvas, también provocan vibraciones que ya están afectando la estructura de varias casas”, señala Yacaman. 

La restricción de vehículos pesados en el municipio de Chía, sumada al avance de varios proyectos urbanísticos y la avenida Guaymaral, han convertido la calle 235 en un corredor de escape para tractomulas cargadas con contenedores, varillas y material de construcción.

A esto se suma la inexistencia de andenes o ciclorrutas, lo que expone a estudiantes, trabajadores agrícolas y ciclistas a accidentes. 

Desde hace meses los habitantes elevaron derechos de petición y tutelas contra diferentes entidades: la Alcaldía Local de Suba, la Alcaldía Mayor, la Secretaría de Movilidad, el IDU, la Policía de Tránsito, la Secretaría de Planeación e incluso las constructoras que adelantan obras en la zona. 

Fredy Huertas, otro de los residentes que interpuso una tutela, se refirió a la situación que enfrentan. “Existen señales que prohíben el ingreso de camiones pesados, pero nadie hace cumplir la norma. La Secretaría de Movilidad no actúa, y mientras tanto la vía que fue reconstruida hace apenas un año ya está destruida. Además, la fauna local se está viendo afectada: hemos visto zarigüeyas y otros animales atropellados constantemente”, dijo. 

Por su parte, el alcalde local de Suba, César Salamanca, reconoció la gravedad del asunto, pero aclaró que su despacho no tiene la potestad de restringir el tránsito de carga pesada. “Desde el 4 de febrero, cuando la comunidad hizo un plantón en la vía Suba-Cota, la Secretaría de Movilidad dejó claro que es la única entidad facultada para expedir una resolución que limite la circulación. Nosotros hemos acompañado a los vecinos, hemos estado en reuniones y seguiremos convocando a las entidades competentes, pero la decisión no depende de la alcaldía local”, explicó.

Salamanca subrayó que la vía es estrecha, no está incorporada en algunos tramos al inventario distrital y es usada diariamente por rutas escolares.

El próximo 29 de septiembre se llevará a cabo una mesa de trabajo en la que participarán el IDU, Planeación, Catastro, Movilidad y otros entes distritales, con el objetivo de encontrar una salida definitiva. 

La comunidad insiste en que la medida más urgente es instalar controles o barreras físicas que impidan el ingreso de vehículos pesados desde antes de que estos accedan a la calle 235.

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Mientras tanto, más de 2.000 personas que habitan en la zona siguen padeciendo los efectos del tráfico pesado: vías agrietadas y un ambiente de constante riesgo para peatones y ciclistas.