La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), mediante la Subdirección General de Cultura y Gobernanza Ambiental, llevó a cabo la segunda ceremonia de graduación de la Escuela del Agua y Cambio Climático.
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Esta iniciativa se desarrolla en alianza con la Universidad Jorge Tadeo Lozano y reúne procesos académicos orientados a fortalecer capacidades técnicas y comunitarias en torno al manejo del recurso hídrico y la acción climática.
En este ciclo, 310 participantes de diferentes municipios de la jurisdicción CAR finalizaron los diplomados en Gestión Integral del Agua y Cambio Climático, Sostenibilidad Hídrica y del Suelo, y Estrategias Sostenibles y Adaptación al Cambio Climático.
¿Cuál es el objetivo de la formación ofrecida por la CAR?
El programa tiene como propósito ampliar los conocimientos de habitantes y profesionales del territorio, promoviendo prácticas que contribuyan a enfrentar los desafíos relacionados con el clima y el agua.
Mediante una inversión superior a $2.900 millones, esta segunda fase consolidó un modelo educativo que combina teoría especializada con experiencias en campo y enfoques participativos que parten de las realidades ambientales de la región.
Durante el evento, el director general de la CAR, Alfred Ballesteros, resaltó el alcance de este proceso y compartió su experiencia como estudiante de uno de los diplomados, destacando la importancia de vivir de manera directa la metodología desarrollada por la Escuela.
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¿De dónde provienen los graduados y qué beneficios académicos obtuvieron?
La cohorte estuvo conformada por personas de 83 municipios que integran la jurisdicción CAR, entre ellos Soacha, Ubaté, La Vega, Guaduas, Fusagasugá y Villeta.
Dentro del grupo, 39 profesionales completaron los tres diplomados que hacen parte del plan académico, lo que les permitirá homologar créditos en programas de maestría de la Universidad Jorge Tadeo Lozano.
Estos procesos educativos se complementan con actividades prácticas en territorio. Entre la primera y segunda fase, la Escuela ha desarrollado 16 salidas de campo en distintas provincias y ha acompañado la formulación de 63 iniciativas de solución ambiental creadas por los mismos estudiantes para atender situaciones presentes en sus comunidades.
¿Qué impacto ha tenido la Escuela en los proyectos locales?
Entre los testimonios compartidos, Diana Catalina Garzón, participante de Villeta, explicó que la formación recibida contribuyó a fortalecer un proyecto comunitario que impulsa el manejo adecuado de residuos orgánicos. Según relató, su comunidad dejó de enviar estos materiales al relleno de Mondoñedo y ahora los transforma en abono para mejorar las condiciones del suelo en su territorio.
Este tipo de experiencias representa uno de los propósitos centrales del programa: facilitar herramientas que permitan que cada grupo participante genere acciones aplicables a su entorno inmediato.
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¿Cuándo abrirán nuevas inscripciones para los diplomados?
La Escuela del Agua y Cambio Climático continúa afianzándose como un espacio de encuentro entre el conocimiento académico y las dinámicas locales.
De igual forma, se abrirá una nueva convocatoria dirigida a quienes deseen cursar los diplomados que iniciarán en enero de 2026.
Con más de 1.700 certificados entregados entre las dos fases, la propuesta busca ampliar la formación ambiental en el territorio CAR y fortalecer los procesos comunitarios relacionados con el agua y la adaptación al clima.