Estos barrios antes eran pueblos y Bogotá se los tragó sin avisar
Estos barrios antes eran pueblos y Bogotá se los tragó sin avisar
Colprensa
5 Ago 2025 09:41 PM

Barrios con pasado de pueblo: la historia escondida de Bogotá

Adelaida Beatriz
Vangrieken Epiayu
Bogotá absorbió más de 3 pueblos y hay una historia detrás que no te contaron.

En el marco de los 487 años de la fundación de Bogotá, vale la pena echarle una mirada a ese pasado que muchos capitalinos desconocen: el de los antiguos pueblos que alguna vez fueron municipios independientes y que hoy, por el crecimiento urbano desbordado, hacen parte del mapa bogotano. La capital, fundada el 6 de agosto de 1538 por Gonzalo Jiménez de Quesada, no siempre fue esta ciudad de 20 localidades. Detrás hay historias de anexiones, migraciones internas y transformaciones culturales profundas que siguen marcando a Bogotá hasta hoy.

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De pueblos a barrios: ¿Cuándo empezó Bogotá a tragárselos?

Según Walther Mauricio López López, arquitecto y profesional en Gestión y Desarrollo Urbanos de la Universidad del Rosario, la expansión de Bogotá hacia zonas rurales comenzó con fuerza en los años 50. En 1954, bajo una visión de crecimiento centralista y en plena explosión demográfica, se anexaron a la ciudad pueblos como Suba, Usaquén, Engativá, Fontibón, Bosa y Usme.

“Fue un proceso muy acelerado, impulsado por la migración interna. La gente llegaba buscando oportunidades y la ciudad creció para poder recibirla”, explicó López. 

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Este fenómeno no solo transformó el mapa político de la ciudad, sino también su morfología urbana, absorbiendo cascos antiguos y plazas fundacionales en medio del cemento.

Así cambiaron estos pueblos: la historia quedó entre ladrillos

Los núcleos originales de estos pueblos no desaparecieron del todo, pero sí se camuflaron. Las plazas cuadrangulares, las iglesias coloniales y algunos edificios de gobierno sobrevivieron, pero ahora están rodeados de barrios con grandes conjuntos residenciales, avenidas, centros comerciales y una alta densidad urbana.

“Lo que antes eran entornos nucleares pequeños, hoy se funden en tejidos urbanos de gran escala, con mayor diversidad de usos y actividades”, detalló el experto.

Suba, por ejemplo, todavía conserva su iglesia fundacional y una plaza central. Usaquén, quizá el ejemplo más exitoso de preservación patrimonial, ha logrado mantener ese aire colonial que tanto atrae a locales y turistas. Pero no todos los casos corren con la misma suerte.

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¿Y los que vienen? Zonas rurales bajo amenaza

El proceso de absorción no ha terminado. Zonas como Quiba Pueblo, en la parte alta de Ciudad Bolívar, están hoy en riesgo por el avance sin freno del urbanismo.

“Quiba enfrenta una tensión constante entre su vocación rural y la expansión urbana que no respeta dinámicas ni paisajes”, advirtió López-López. “Allí la población siente que está perdiendo territorio y que la ciudad avanza sin freno ni planeación”.

Estas áreas rurales son clave para el equilibrio ecológico y social de Bogotá, pero la presión por vivienda y desarrollo sigue en aumento.

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¿Se está cuidando el patrimonio de estos antiguos pueblos?

Algunas localidades como Usaquén y Suba sí han logrado integrar sus elementos fundacionales dentro de políticas de protección patrimonial. En el Plan de Ordenamiento Territorial (POT), por ejemplo, se delimitaron zonas de interés que deben conservarse con especial cuidado.

“Bogotá ha sabido integrar estos centros fundacionales en algunos casos, pero en otros la identidad histórica se ha perdido. Hay que reconocer que son parte de la historia viva de la ciudad”, aseguró el arquitecto.

Según el urbanista, el reto está en evitar que los pueblitos de antaño se conviertan solo en un recuerdo sepultado bajo concreto y ladrillo.

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Bogotá crece, pero ¿a qué costo?

La capital sigue expandiéndose, pero esta historia nos recuerda que bajo cada ladrillo hay memoria. Hoy, en su cumpleaños 487, Bogotá no solo celebra su fundación, también se enfrenta al reto de crecer sin olvidarse de sus raíces.

¿Hasta dónde llegará la ciudad? ¿Podrán sobrevivir los pueblos que aún resisten? Eso lo dirá el tiempo… y las decisiones que se tomen desde ya.