
¿Por qué el barrio 20 de Julio es devoto del Divino Niño? La historia de una tradición muy bogotana
Colombia está de fiesta por los 215 años de la declaración de independencia, celebrada este 20 de julio. Una fecha que también evoca la historia de uno de los barrios más tradicionales de Bogotá y su emblemática parroquia, ambos ubicados en la localidad de San Crístóbal, en el suroriente de la ciudad.
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Alerta Bogotá ha decidido contar estas historias, que sirven de antesala para lo que se viene: el 6 de agosto, el cumpleaños de la capital del país. La ciudad que es la razón de ser de este portal de noticias.
Ya hablamos del barrio 20 de Julio. Ahora, el turno es para la iglesia del Divino Niño Jesús.
La iglesia del 20 de Julio: una historia de perseverancia
Ubicada en la carrera Sexta con calle 27 sur, la iglesia del Divino Niño se inauguró en 1942, pero su historia se remonta a casi 20 años antes y está vinculada a uno de los colegios más tradicionales de Bogotá, el Salesiano León XIII*.
En 1925, el padre José María Bertola, entonces rector de la institución, decidió comprar unos terrenos en el suroriente de Bogotá que servirían para que los estudiantes practicaran deportes. Sin embargo, lo que parecía una buena idea, para otros no lo era pues consideraban que no se podía gastar dinero en una zona asociada a los pobres y los campesinos.
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El padre Bertola no se rindió y respondió a sus opositores con unas simples, piadosas y contundentes palabras: "Allí nos llama Dios a hacer presencia". Con el dinero de una herencia que aportó el padre Isidoro Gama, finalmente pudieron adquirir los terrenos. La compra se hizo efectiva el 25 de junio de 1925.
Gracias a esa iniciativa se fundó la Obra Salesiana del Niño Jesús, la principal gestora de la iglesia del 20 de Julio.
Superado ese obstáculo, seguía una labor aún más difícil: adaptar los terrenos comprados a canchas deportivas. La tarea, encomendada a Ramón Ruiz, demoró tres años, y el 12 de octubre de 1928 lo lograron: pudieron inauguran un campo al que llamaron San José en homenaje al padre Bertola.
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Rápidamente, la comunidad religiosa comprendió que esos terrenos no podían ser únicamente para los estudiantes. Los habitantes del naciente barrio 20 de Julio aprovechaban cada vez más esos espacios para tomarse un tiempo de descanso y diversión.
Así, el 19 de marzo de 1932, el padre Pascual Richetta, entonces rector del colegio, les anunció a los vecinos que se empezaría a usar un cobertizo de los campos deportivos para oficiar misas. Un año después, el 15 de junio de 1933, el padre Richetta empezó a recoger dinero para construir la primera capilla, pero no pudo lograrlo.
La inspiración del Divino Niño del 20 de Julio: "Tan chiquito y ya crucificado"
Aunque los salesianos no lograron construir esa primera capilla, para el año 1934 ya tenían más que ganados la confianza y el respeto de la comunidad del 20 de Julio, pues su trabajo fue más allá de lo religioso. Por ejemplo, con la ayuda de Ramón Ruiz y los vecinos, lograron que las líneas del tranvía llegaran hasta el barrio.
Y a finales de 1934, se dio un momento clave para la construcción de la iglesia: la llegada del padre Juan del Rizzo Battiston al campo San José.
Inspirado en el Niño Jesús de Praga, del que era muy devoto, el padre Del Rizzo ordenó fabricar la imagen del Divino Niño del 20 de Julio, pero pidió hacerle algunos cambios.
"Cuando el padre del Rizzo manda elaborar la figura, la hace un artesano de esas tiendas tradicionales de figuras religiosas del centro de Bogotá, El Vaticano, y la hace con una cruz. El padre le manda quitar la cruz porque no tenía nada que ver y entonces, por esa razón, es que el niño tiene los brazos levantados", cuenta el historiador Alfredo Barón, citado por la Alcaldía de Bogotá.
Los salesianos aún recuerdan las palabras que usó el padre Juan del Rizzo para ordenar que le quitaran la cruz: "Tan chiquito y ya crucificado".
La devoción por el Divino Niño del 20 de Julio empezó a crecer y más, pese a que su imagen solo estaba puesta en unas ramas del campo San José. El padre Juan del Rizzo comprendió que ya era hora de tener una iglesia de verdad. Así, el 19 de marzo de 1937, con su bendición y los diseños de Juan Buscaglione y Constantino de Castro, empezó la construcción de la parroquia.
La obra se terminó el 27 de julio de 1941, día en que también se trasladó la imagen del Divino Niño, y la iglesia se inauguró oficialmente el 21 de abril de 1942.
Desde entonces, es uno de los puntos históricos y culturales más importantes de Bogotá.
*Para la redacción de este artículo, se tomó como fuente una línea de tiempo elaborada por la Obra Salesiana del Niño Jesús, así como artículos de la Alcaldía de Bogotá.