
El inmigrante que le puso nombre de prócer a un barrio de Bogotá: la historia del 20 de Julio
Este 20 de julio, mientras Colombia conmemora su independencia, es buen momento para mirar hacia uno de los barrios más tradicionales de Bogotá: el 20 de Julio. Más allá de su plaza, su iglesia y su famoso Divino Niño, el origen de su nombre guarda una historia poco conocida que mezcla patriotismo, migración y una buena dosis de marketing urbano.
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Un barrio con nombre patriótico… gracias a un ruso
A inicios del siglo XX, un inmigrante ruso de origen judío llamado Rubén Possin llegó a Bogotá huyendo de las difíciles condiciones impuestas a los judíos por los zares. En 1920, decidió fundar un nuevo barrio en el sur de la ciudad, ofreciendo lotes a cómodas cuotas de cuatro a seis pesos mensuales. El anuncio incluso se publicó en El Tiempo, el 7 de mayo de ese año.
En medio del fervor por el centenario de la independencia de Colombia, Possin aprovechó el ambiente patriótico para nombrar su nuevo proyecto urbano como “20 de Julio”, en homenaje a la fecha clave de 1810. Según el historiador Alfredo Barón, el ruso eligió esta fecha como símbolo alterno al 7 de agosto, también importante en la historia nacional.
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Calles con nombre de próceres y el toque religioso
Pero Possin no solo pensó en la fecha: también quiso que las calles del barrio tuvieran nombres de héroes de la independencia como Camilo Torres o Acevedo y Gómez. Aunque hoy la mayoría han desaparecido con la nueva nomenclatura, en su momento reflejaban claramente el espíritu patriótico del proyecto.
A esa identidad nacionalista se sumó, con los años, la devoción religiosa al Divino Niño Jesús. Desde 1935, gracias a la labor del sacerdote Juan del Rizzo, comenzó la adoración en una enramada junto al Campo de San José. La imagen del Niño fue mandada a hacer por el padre en una tienda del centro, y por un detalle curioso —quitarle una cruz que no iba—, quedó con los brazos levantados, como se le conoce hoy.
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El Divino Niño y los milagros
Con el tiempo, la fama del Divino Niño fue creciendo, hasta que en 1941 se construyó un templo que todavía hoy recibe a miles de fieles cada domingo. Algunos, como la señora María Clara Sepulveda, recuerdan cómo las promesas y los 'nueve domingos' se volvieron costumbre entre los feligreses.
Figuras públicas también han pasado por allí: el expresidente Samper, tras sobrevivir a un atentado, y Andrés Pastrana, quien agradeció por su libertad luego de haber sido secuestrado.
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El 20 de Julio, más que una fecha
Aunque el barrio ya roza el siglo de existencia, sigue siendo un símbolo vivo de memoria y cultura. Como ha explicado el investigador Rubén Hernández en diferentes artículos sobre la historia de esta zona de Bogotá, el nombre no solo fue un homenaje a la independencia, sino una forma de construir identidad desde lo urbano y lo simbólico. Y sí, todo comenzó con el olfato comercial de un inmigrante que supo cómo conectar con el corazón patriota de un país.