Conductores de taxi
Conductores de taxi en Bogotá.
Colprensa
21 Mayo 2025 11:06 AM

¿Trabaja taxi prestado todos los días? Estos son los derechos que puede exigir

Anthonny José
Galindo Florian
En entrevista con el programa Alerta Taxiviris, la abogada Daniela Galeano explicó los derechos que pueden exigir los conductores de taxi.

En muchas ciudades del país, manejar taxi sigue siendo una opción de trabajo para miles de personas que buscan una entrada económica diaria. Para algunos, es una forma de generar ingresos sin tener un jefe directo, con la posibilidad de organizar sus propios horarios y depender del número de carreras que logren durante el día.

Sin embargo, no todos los conductores son dueños del taxi que manejan. De hecho, es común que muchas personas trabajen estos vehículos sin ser los propietarios, pues hay quienes, en lugar de conducir, prefieren invertir en la compra de uno o varios taxis con el objetivo de alquilarlos a terceros.

Esta práctica se ha convertido en un modelo de negocio en el que el propietario obtiene ingresos sin tener que manejar el vehículo. En estos casos, se establece un acuerdo entre el dueño del taxi y el conductor, donde se define cuánto debe pagar este último por el uso diario o semanal del carro, lo que en la jerga del sector se conoce como “el producido” o “el arriendo del turno”.

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Estos acuerdos suelen incluir condiciones impuestas por el dueño del vehículo. Entre ellas, el cuidado del carro, el cumplimiento de horarios, el pago puntual del producido y, en algunos casos, incluso reglas sobre en qué zonas trabajar o cómo debe vestirse el conductor. Aunque no siempre están formalizados por escrito, muchos de estos arreglos funcionan con base en la confianza y la experiencia previa entre ambas partes. Aun así, no cumplir con lo pactado puede significar perder el carro o la oportunidad de seguir trabajando con ese propietario.

¿Cómo debería ser la relación entre conductores y dueños de taxis?

En entrevista con el programa Alerta Taxiviris, de Alerta Bogotá 104.4 FM, la abogada laboralista Daniela Galeano explicó las implicaciones legales que se pueden derivar de los acuerdos informales entre propietarios de vehículos y conductores que los operan bajo esquemas de alquiler. La jurista señaló que en Colombia se aplica el principio de la realidad sobre las formas, lo cual significa que, independientemente del nombre o tipo de contrato que se suscriba, si se evidencia una relación de subordinación y cumplimiento de órdenes, puede configurarse un vínculo laboral.

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Según Galeano, este tipo de situaciones son frecuentes en el sector del transporte, especialmente con taxis y vehículos usados en plataformas digitales. Aunque muchas veces el acuerdo entre conductor y dueño del carro se limita a una entrega diaria de dinero a cambio del uso del vehículo, si el propietario establece condiciones como horarios, reportes de rendimiento, o el cumplimiento de normas operativas, puede estar ejerciendo funciones propias de un empleador. En ese escenario, la persona que conduce tendría derecho a un contrato laboral formal, afiliación al sistema de seguridad social y pago de prestaciones legales como cesantías, primas, intereses a las cesantías y vacaciones.

La abogada recalcó que incluso si se firma un contrato de arrendamiento y el conductor manifiesta renunciar a estos derechos, esa renuncia no es válida ante un juez laboral. En Colombia, los derechos laborales son irrenunciables, por lo que el trabajador conserva la posibilidad de demandar hasta tres años después de finalizada la relación. Galeano también advirtió que muchos conflictos surgen entre personas que previamente tenían relaciones de confianza o amistad, y que estas situaciones pueden derivar en procesos judiciales en los que se reconocen derechos laborales omitidos.

Riesgos de tener acuerdos verbales entre dueños de carros y conductores

En la conversación, se destacó que una práctica común es que los acuerdos se realicen de palabra o mediante contratos informales firmados entre las partes. En muchos casos, estos documentos contienen cláusulas que implican subordinación, como la obligación de cumplir horarios, entregar el vehículo en determinadas condiciones o someterse a controles como pruebas de alcoholemia. Para Galeano, este tipo de disposiciones hacen que el contrato deje de ser de arrendamiento y se convierta en una relación laboral encubierta.

La abogada también explicó que en procesos judiciales, ese tipo de contratos pueden convertirse en pruebas en contra del mismo empleador. Si bien muchas relaciones comienzan sin intención de formalizar un vínculo laboral, en la práctica los conflictos o desacuerdos que surgen llevan a los conductores a asesorarse legalmente y presentar demandas. Por ello, recomendó que los dueños de los vehículos consideren la formalización del vínculo mediante un contrato laboral, con todos los requisitos exigidos por la ley colombiana.

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Además, se abordó el caso específico de servicios como Uber, donde si bien existe una discusión legal sobre su operación, se pueden presentar situaciones similares si hay elementos de subordinación. En ese sentido, también podría configurarse una relación laboral dependiendo de cómo se estructure la interacción entre las partes, por lo que es recomendable analizar cada caso en detalle.

Recomendaciones legales para dueños de los taxis

Daniela Galeano concluyó que la forma más segura para los propietarios de vehículos que los entregan a terceros para generar ingresos es suscribir un contrato laboral por escrito cuando se presenten elementos de subordinación. Este contrato debe incluir la afiliación del trabajador al sistema de seguridad social y el cumplimiento de todas las obligaciones legales en materia laboral. Ignorar estas obligaciones puede generar riesgos judiciales y económicos para los propietarios en caso de que el conductor inicie una acción legal.

Finalmente, enfatizó que el desconocimiento de la norma no exime de responsabilidad y que, aunque en muchas ocasiones los acuerdos surgen entre amigos o familiares, eso no impide que, en caso de conflicto, se presenten demandas. La recomendación principal es prevenir este tipo de situaciones mediante la formalización de las condiciones laborales, evitando así consecuencias legales a futuro.