Supervigilancia reglamenta la "Ley Lorenzo"
Supervigilancia reglamenta la "Ley Lorenzo"
Colprensa
30 Oct 2025 11:28 AM

Perritos celadores salen ganando: nueva ley no dejará que los abandonen

Sophia
Salamanca Gómez
La supervigilancia reglamentó la “Ley Lorenzo” para fortalecer la protección y el bienestar de los caninos.

En Colombia, muchos perros trabajan todos los días cuidando entradas de edificios, bodegas o conjuntos residenciales. Llevan uniforme, obedecen órdenes y siempre están alerta, pero ¿quién los cuida a ellos?

Durante años, estos peludos han estado en una especie de limbo: cumplen un trabajo, pero sin reglas claras que garanticen que estén bien. Muchos terminan trabajando largas jornadas, mal alimentados o sin atención veterinaria, y cuando ya no sirven para la vigilancia, simplemente los sacan del camino.

Esa historia empezó a cambiar gracias a un caso que tocó fibras en Bogotá: Lorenzo, un perro que fue maltratado mientras prestaba servicio como vigilante. A partir de ahí nació una ley con su nombre, y ahora se viene la reglamentación que por fin pone orden y protege a estos animales como se merecen.

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Así va a funcionar la nueva norma para perritos guardianes

La Superintendencia de Vigilancia presentó un proyecto de resolución que aterriza la Ley Lorenzo. De entrada, todas las empresas que usen perros para seguridad privada tendrán que cumplir nuevas condiciones si quieren seguir con ese modelo.

Lo primero es el bienestar de los perros: nada de maltratos, castigos ni entrenamientos violentos. La norma prohíbe cualquier método que cause dolor y reconoce al perro como un ser sintiente, no como un “recurso”.

Los peludos tendrán derecho a alimentación adecuada, descanso, salud, espacios dignos y jornadas razonables. De hecho, cada perro solo podrá trabajar entre 6 y 8 horas al día, y debe estar certificado cada año ante la Superintendencia.

También se regula el uso de bozales, collares, camas y caniles. Nada puede estar improvisado. Y las empresas tendrán que responder sí o sí por cada perrito que tengan en servicio.

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Retiro digno, guías preparados y empresas más responsables

Otra cosa que cambia es la forma en que las personas que trabajan con estos animales deben prepararse. Los guías, manejadores e instructores tendrán que estar certificados y saber de comportamiento canino, primeros auxilios y bienestar animal. Nada de improvisados enseñándole al perro a punta de gritos.

Además, las empresas ahora deben tener pólizas de responsabilidad civil, convenios con clínicas veterinarias y planes de bioseguridad. Y todo eso se tiene que registrar en RENOVA, una plataforma que deja trazabilidad de lo que pasa con los perros.

Y quizá lo más bonito de todo: los perritos que lleven seis años trabajando tienen derecho a descansar. Las empresas deben buscarles adopciones responsables o quedarse con ellos hasta que cumplan su ciclo de vida. Nada de abandonarlos porque ya no sirven.

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Este proyecto ya pasó por consulta pública y tuvo más de 130 comentarios. Todo apunta a que se viene un cambio importante, uno que por fin les da voz a los peludos que han cuidado por años a la gente sin pedir nada a cambio. Ahora, toca que las reglas se cumplan y que cada perro vigilante tenga la vida digna que se merece.