El agua no se va: Lavaderos de carros se rebuscan pa' no cerrar por la escasez

La llegada del Fenómeno del Niño ha sumido a Bogotá en una crisis ambiental sin precedentes, desafiando la capacidad de la ciudad para enfrentar las adversidades climáticas. A principios de año, una intensa ola de calor desencadenó múltiples incendios forestales, poniendo a prueba la capacidad de respuesta de los organismos de emergencia y gestión de riesgos.

La situación se agrava con la crítica escasez de agua en los embalses que abastecen a la capital y la Sabana de Bogotá. Con Chingaza alcanzando apenas el 36% de su capacidad y Tominé registrando un nivel del 45%, muy por debajo del promedio histórico, las autoridades han tenido que tomar medidas drásticas para gestionar el suministro de agua.

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En este contexto, el Alcalde Carlos Fernando Galán anunció un plan de racionamiento de agua en Bogotá y los municipios de la Sabana, con cortes programados por turnos y de 24 horas de duración. Ante esta situación, los ciudadanos han respondido con un uso más consciente y responsable del recurso hídrico.

Sin embargo, en Alerta Bogotá nos preguntamos cómo las empresas que dependen del agua, como los lavaderos de vehículos, están enfrentando esta crisis sin dejar de operar y sin afectar sus medios de subsistencia.

En el barrio Quinta Paredes de la localidad de Teusaquillo, un autolavado ha encontrado soluciones ingeniosas para adaptarse al racionamiento de agua. Con baldes, mangueras de chorro a presión y sistemas de agua reciclada, continúan trabajando en este primer día de restricciones hídricas en Bogotá.

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Esta iniciativa demuestra la capacidad de adaptación y la solidaridad de los empresarios locales frente a los desafíos ambientales que enfrenta la ciudad. Mientras el racionamiento de agua continúa, es fundamental que todos los sectores de la sociedad contribuyan con acciones responsables y sostenibles para enfrentar esta crisis y preservar nuestro recurso más vital: el agua.