
Embalses bajo la lupa: ¿Cundinamarca se raja en plena la Semana del Agua?
En el marco de la Semana Mundial del Agua 2025, que se celebrará del 24 al 28 de agosto con énfasis en la conservación de glaciares y la criosfera, las autoridades ambientales revelaron el estado de los principales embalses de Cundinamarca. La actualización llega en un contexto donde Bogotá aún tiene fresca la memoria del 2024, el año más seco en la historia del sistema Chingaza, que obligó a racionamientos y despertó alarma entre millones de habitantes de la capital.
Le puede interesar: Galán le mete agua al futuro: planta salva a Bogotá por 3 décadas
El Sistema Chingaza, pieza clave del suministro de agua potable para Bogotá y municipios como Soacha, La Calera, Funza, Mosquera y Madrid, se convirtió en el símbolo de la crisis hídrica del año pasado. “Tenemos registros de 60 años de hidrología y nunca habíamos tenido una afluencia tan baja”, declaró en su momento Natasha Avendaño para la FM Radio, gerente del Acueducto de Bogotá, al recordar el duro panorama que dejó sin agua a miles de hogares durante varias semanas.
Ahora, con la lupa puesta en el agua y en plena conmemoración global, los embalses presentan cifras que generan tanto alivio como preocupación.
Siga leyendo: Embalse de Chuza sube al máximo: reservas para tiempos secos
El panorama al 22 de agosto de 2025
Según el reporte de la CAR Cundinamarca, los embalses muestran una tendencia variada. Mientras unos se recuperan, otros siguen en descenso.
- Neusa: 94,40 %, con tendencia descendente.
- Sisga: 97,48 %, también en caída con -0,502 millones de m³.
- Tominé: 57,60 %, el único en ascenso, con un aumento de 0,292 millones de m³.
Total agregado Norte: 65,94 %, con tendencia descendente.
No te pierdas de leer: Bogotá se luce como sede global: Día Mundial de las Ciudades llega al país
En el agregado sur, los datos no son muy alentadores:
- Chisacá: 71,92 %, en ascenso.
- Regadera: 96,22 %, pero en descenso.
Total agregado Sur: 79,77 %, en retroceso con -0,215 millones de m³.
Por su parte, el Sistema Chingaza, clave para el agua de Bogotá, registra un preocupante 89,60 % con tendencia descendente, debido en gran parte a la baja en Chuza (-1,175 millones de m³), mientras San Rafael se mantiene estable en 97,91 %.
Finalmente, el embalse de El Hato se ubica en 84,14 %, con leve tendencia ascendente.
Lea más: De no tener agua a peligro de desbordamiento: embalses alcanzaron niveles históricos
Entre el alivio y la alerta
Aunque los porcentajes parecen elevados, el balance no deja de preocupar. El hecho de que la mayoría de embalses marquen tendencia descendente en plena temporada de lluvias genera incertidumbre sobre lo que pasará en el último trimestre del año, cuando suele aumentar el consumo en la capital. Además, deja todavía en rojo la importancia que aunque se levantó el racionamiento de agua, los ciudadanos deben evitar su desperdicio.
Más noticias: Cien días sin racionamiento de agua: ¿cómo está el nivel de los embalses? Buenas noticias, pero con advertencias
Por su parte, la Semana Mundial del Agua, organizada por el Instituto Internacional del Agua de Estocolmo (SIWI), cobra así especial relevancia para Colombia. Más aún porque este 2025 fue declarado por la ONU como el Año Internacional de la Conservación de los Glaciares, recordando que la seguridad hídrica de las ciudades depende directamente de la salud de los ecosistemas de alta montaña.
El mensaje es claro: Bogotá no puede cantar victoria. Los embalses lucen menos críticos que en 2024, pero la tendencia descendente en sistemas estratégicos como Chingaza deja una advertencia: el agua sigue siendo un recurso frágil y su cuidado, una tarea urgente.