
La costosa multa que tendrá que pagar por llevar a su perro sin collar: esto dice la ley
En Colombia, pasear un perro sin correa en espacios públicos puede generar una sanción económica, pero muchas personas no lo saben o no tienen presente el valor.
La normativa vigente establece que los animales de compañía deben permanecer bajo control de sus responsables en todo momento, especialmente en zonas comunes, parques y vías públicas. Esta medida tiene como objetivo proteger a las personas, otros animales y a la misma mascota de situaciones de riesgo.
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¿Qué dice la Ley sobre pasear perros sin correa?
Según el artículo 117 del Código Nacional de Seguridad y Convivencia Ciudadana (Ley 1801 de 2016), toda persona que transite con animales de compañía por sitios públicos debe mantenerlos sujetos mediante una traílla, collar o correa. Además, en el caso de perros potencialmente peligrosos, se exige el uso obligatorio de bozal y la tenencia de un permiso especial.
Este artículo busca garantizar la seguridad y la convivencia pacífica en lugares de uso común.
El incumplimiento de estas disposiciones puede conllevar medidas correctivas y sanciones económicas, dependiendo de la gravedad de la situación.
¿Cuál es la multa por llevar un perro sin correa?
En este sentido, la sanción por pasear a un perro sin correa puede variar según el comportamiento del animal y el contexto del caso.
Si se trata de un perro de raza pequeña que no representa un riesgo evidente, las autoridades podrían emitir solamente una advertencia verbal.
Sin embargo, cuando se trata de razas potencialmente peligrosas, como el pitbull, rottweiler, bull terrier o doberman, la regulación es mucho más estricta.
En estos casos, la ausencia de correa y bozal puede derivar en una multa tipo 2 o tipo 3, de acuerdo con el artículo 131 del Código.
Estas multas oscilan entre los $261.000 y los $522.000, dependiendo de la gravedad de la situación y del criterio de la autoridad competente.
¿Qué perros son considerados potencialmente peligrosos?
El Código contempla una lista de razas y cruces que deben cumplir medidas especiales de manejo. Entre ellas se encuentran:
- Pitbull terrier.
- Rottweiler.
- Doberman.
- Bull terrier.
- Dogo argentino.
- Fila brasileño.
- Bullmastiff.
- Tosa japonés.
Estos perros deben ser paseados siempre con correa y bozal, incluso si son dóciles o están entrenados. Además, es obligatorio que estén registrados ante la alcaldía local y cuenten con un seguro de responsabilidad civil que cubra posibles daños a terceros.
Otras faltas relacionadas con la tenencia de mascotas
El Código de Policía también contempla otras conductas sancionables relacionadas con la tenencia irresponsable de animales. Algunas de ellas incluyen:
- No recoger las heces del perro en el espacio público.
- Permitir que el animal cause lesiones a personas o a otros animales.
- No portar el carné de vacunación del animal cuando lo exija la autoridad.
- No tener la póliza o el registro en el caso de razas peligrosas.
Estas faltas pueden derivar en sanciones económicas o en medidas correctivas como la participación en programas pedagógicos, e incluso la suspensión temporal de la custodia del animal.
¿Cómo acostumbrar a un perro a tener collar y bozal?
Teniendo en cuenta la medida, le brindamos cinco recomendaciones para lograr que su perro se acostumbre al uso de collar y bozal, sin recurrir al estrés ni al castigo:
- Asociar el bozal y el collar con experiencias positivas
Es importante permitir que el animal explore el bozal o el collar sin presión. Al acercarse o interactuar con estos elementos, se recomienda ofrecerle premios, palabras suaves o juguetes, para que los relacione con estímulos agradables.
- Iniciar con sesiones cortas y avanzar progresivamente
El uso debe introducirse de manera gradual. Primero, se puede colocar el collar o mostrar el bozal durante pocos segundos. A medida que el perro se habitúe, se puede extender el tiempo de uso poco a poco, siempre observando su comodidad.
- Evitar el uso del bozal o collar como castigo
Nunca se debe poner el bozal o el collar inmediatamente después de una corrección o episodio de estrés. Si el perro los asocia con experiencias negativas, será más difícil que los acepte en el futuro.
- Practicar en un entorno seguro y conocido
Antes de usar el bozal o el collar en la vía pública, es recomendable realizar sesiones de adaptación en casa o en espacios tranquilos. Esto permite que el perro se sienta más seguro y controle mejor su comportamiento.
- Reforzar el buen comportamiento con recompensas
Cada vez que el animal tolere el uso del bozal o el collar sin intentar quitárselo, se sugiere reforzar ese comportamiento con recompensas. El refuerzo positivo es una herramienta eficaz para facilitar el aprendizaje.