Bogotá se está transformando en una ciudad donde el arte y la infraestructura se encuentran. El Instituto de Desarrollo Urbano ha puesto en marcha una iniciativa que convierte puentes, muros y espacios públicos en verdaderas galerías urbanas. La propuesta busca que las obras no solo mejoren la movilidad, sino que también tengan un propósito: embellecer la ciudad y resaltar la riqueza natural de Colombia.
El director del IDU, Orlando Molano, explicó que la instrucción del alcalde Carlos Fernando Galán fue clara: “Nuestra infraestructura debe tener un propósito, y este es uno de ellos: enaltecer nuestros ecosistemas”. Con esta idea, se han intervenido más de 12.140 m² con arte urbano en ocho obras estratégicas. Los murales rinden homenaje a la biodiversidad, especialmente al páramo de Chingaza, uno de los más grandes del mundo.
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rinde homenaje al oso de anteojos, el frailejón y el colibrí chivito
rampas, exaltando la biodiversidad colombiana.
Murales que cuentan historias de naturaleza y ciudad
Entre las intervenciones más destacadas está el megamural Guardianes de Páramo en el muro de contención de la calle 127 con avenida Boyacá, realizado por el colectivo Trazos de Colores Urbanos. Allí se pueden ver especies emblemáticas como el oso de anteojos, el frailejón y el colibrí chivito. También sobresalen los murales de la avenida Rincón y la Boyacá con calle 127, inspirados en los humedales y la fauna de Suba.
Otros puntos intervenidos son el puente curvo del Grupo 5 en la avenida 68 con calle 26, con murales sobre el ecosistema de las abejas; el puente de la avenida La Esperanza, que refleja la flora del bosque altoandino; y el ciclopuente de la calle 80, donde se pintaron más de 35 animales nativos en columnas y rampas. Cada obra busca integrar el arte al paisaje urbano y recuperar el sentido de pertenencia de los bogotanos.
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Infraestructura con propósito: color, naturaleza y bienestar
El IDU no se limita a los murales. Las obras incluyen columnas verdes, jardinería y gimnasios al aire libre, creando corredores sostenibles y espacios para la actividad física. “Esto sin duda embellece nuestros proyectos, pero sobre todo le da a los bogotanos una mejor calidad de vida”, afirmó Molano.
Hasta la fecha, se han realizado 11 intervenciones en 8 obras, y el compromiso es seguir llevando arte a más puntos de la ciudad. Bogotá, poco a poco, se convierte en un museo al aire libre donde la infraestructura no solo conecta, sino que también inspira.