Impactante arquitectura griega de Biblioteca en Bogotá atrae multitudes
Impactante arquitectura griega de Biblioteca en Bogotá atrae multitudes
Foto: BibloRed
2 Jun 2025 11:17 AM

Impactante arquitectura griega de Biblioteca en Bogotá: atrae multitudes

Cristhiam
Martínez Murcia
Con arquitectura que rinde homenaje a culturas milenarias y un entorno natural, esta biblioteca se consolida en un ícono cultural.

En pleno corazón verde de Bogotá, junto al parque Simón Bolívar, se alza una construcción que no solo guarda libros, sino que cuenta historias con su forma, su luz y su entorno. Se trata de la Biblioteca Virgilio Barco, un ícono cultural y arquitectónico que en 2024 sigue rompiendo récords de asistencia, con más de un millón de visitantes al año y una programación que mezcla el conocimiento con la experiencia sensorial.

Esta joya de ladrillo rojo no es una biblioteca común. Su diseño, obra del maestro Rogelio Salmona, la convierte en una pieza arquitectónica que dialoga con el agua, el viento y los cerros orientales. Quienes la visitan no solo entran a leer o estudiar, sino que viven un recorrido poético entre espejos de agua, techos curvos, senderos circulares y jardines abiertos al cielo.

Le puede interesar: Alcaldía le da respiro a suachunos: les arregla 'chicharrón' con el servicio de aseo

Una biblioteca con alma de parque

Construida sobre lo que alguna vez fue un terreno de escombros, la Virgilio Barco se transformó en un refugio de cultura en medio del concreto. Desde el aire, su forma espiral parece abrazar a los visitantes. Su ubicación estratégica —en la intersección de la carrera 60 con calle 63— permite que personas de todas las localidades lleguen con facilidad.

Pero lo que más sorprende a sus visitantes es cómo esta biblioteca rompe con lo tradicional. Aquí, leer se puede hacer acostado en el techo, mirando las estrellas; los niños aprenden origami mientras el agua fluye a su alrededor; y los adultos asisten a talleres de escritura en un ambiente de paz y contemplación.

Diseño con historia y simbolismo

Inspirada en culturas como la romana, la indígena y la mesoamericana, la biblioteca fue concebida como un espacio donde la naturaleza y el conocimiento conviven sin fronteras. Sus techos evocan los zigzags de civilizaciones antiguas; sus curvas recuerdan los teatros griegos y su fachada en ladrillo artesanal resalta bajo la luz del atardecer.

El nombre honra al expresidente Virgilio Barco, quien donó el terreno para su construcción, aunque nunca llegó a ver finalizada la obra.

Le puede interesar: Ciudadanos se ahorrarían lo del arriendo: Alcaldía empezó a regalar casas

Impactante arquitectura griega de Biblioteca en Bogotá atrae multitudes
Impactante arquitectura griega de Biblioteca en Bogotá atrae multitudes
Foto: Alcaldía Mayor de Bogotá

Más que libros: una experiencia para todos los sentidos

Con una colección que supera los 98 mil títulos entre libros y material audiovisual, la Virgilio Barco también ofrece actividades permanentes en torno al cine, el arte, la lectura, la escritura creativa y la ciencia. Su oferta no se limita al papel: talleres, exposiciones, conciertos y sesiones de astronomía transforman este lugar en un punto de encuentro para todas las edades.

Durante las visitas guiadas, es común ver grupos acostados en el techo observando el firmamento, un ejercicio de contemplación que cambia con las estaciones. “En diciembre el cielo se ve diferente. Es como tener un observatorio en medio de la ciudad”, comenta Wilson Vega, docente de la escuela de origami de la biblioteca.

Un Bien de Interés Cultural al servicio de la ciudadanía

Declarada Bien de Interés Cultural Nacional en 2007, la Biblioteca Virgilio Barco no ha dejado de reinventarse. Hoy, recibe alrededor de 4 mil personas al día, que llegan no solo por los libros, sino por la experiencia integral que ofrece este lugar: naturaleza, arquitectura, cultura y comunidad, en un mismo espacio.

Para Diana Camacho, visitante frecuente, la experiencia es clara: “No se siente como una biblioteca. Es un lugar donde uno puede leer, caminar, descansar y conectarse con algo más profundo”.

Fuente
Alerta Bogotá