
La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) se ha convertido en una de las entidades más activas en la protección del medio ambiente en Colombia.
A lo largo de los últimos años, ha adelantado investigaciones y controles sobre problemáticas que afectan directamente los ecosistemas, como la degradación de páramos, la quema de carbón a cielo abierto, la siembra de cultivos en zonas no autorizadas, entre otras acciones que ponen en riesgo la biodiversidad.
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Este esfuerzo permanente por defender la riqueza natural de Cundinamarca tuvo recientemente un nuevo capítulo con la erradicación de uno de los moluscos más dañinos del planeta: el caracol gigante africano.
CAR erradicó casi una tonelada de caracol gigante africano en Cundinamarca
Entre febrero y agosto de 2025, la CAR ejecutó 30 operativos de control en distintos municipios de su jurisdicción, logrando la recolección y disposición adecuada de aproximadamente 800 kilos de caracol gigante africano, además de numerosos nidos con huevos.
Esta labor evitó que la especie siguiera propagándose y redujo los efectos negativos que ocasiona en cultivos, suelos y ecosistemas nativos.
El caracol gigante africano es considerado una de las especies invasoras más peligrosas del mundo, con un alto riesgo para la salud pública debido a los parásitos que puede transmitir y con un impacto directo en la producción agrícola, los viveros forestales y las huertas familiares.
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¿Cómo afecta el caracol gigante africano a la biodiversidad y la salud?
La presencia de este molusco ha sido confirmada en al menos 38 municipios de Cundinamarca, en especial en zonas cálidas y húmedas.
Allí ha ocasionado daños a cultivos agrícolas, afectaciones en la producción pecuaria y deterioro de huertas urbanas.
De acuerdo con Sebastián Saldarriaga, director de Recursos Naturales de la CAR, estas acciones conjuntas con las alcaldías y las direcciones regionales han permitido disponer de cerca de una tonelada de esta especie invasora, mitigando su amenaza.
Además del riesgo ambiental, se trata de un problema de salud pública, pues su manipulación directa puede transmitir enfermedades a las personas y a los animales domésticos. Por eso, la CAR insiste en que la comunidad no debe recogerlo ni tener contacto con él, sino reportar su presencia a las autoridades ambientales.
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¿Cómo frenar la propagación del caracol africano?
La estrategia de la entidad se centra en los operativos de control y en la educación comunitaria. Desde comienzos del año se han realizado 50 jornadas de capacitación en las que participaron más de 800 habitantes, quienes recibieron orientación sobre cómo identificar, manejar y reportar la presencia de esta especie.
Estas campañas buscan que la comunidad se convierta en aliada de la protección ambiental, entendiendo que la erradicación del caracol gigante africano no depende únicamente de los equipos técnicos, sino también de la vigilancia ciudadana.
La CAR confirmó que continuará con los operativos y las actividades pedagógicas, trabajando de la mano con las administraciones locales y reforzando la cooperación con la población.
La invitación a los habitantes es a no manipular los moluscos, informar de inmediato su presencia y seguir las recomendaciones de los expertos.