Este es el barrio de Aruba que renació de las ruinas inspirado en el arte callejero de Bogotá
Una visita a Colombia en el año 2015, marcó la vida de Tito Bolívar, un empresario y artista, originario de Curazao que, mientras se daba un Septimazo, quedó boquiabierto con el arte callejero que a su paso se encontraba por el centro de Bogotá.
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Maravillado con las pinturas que vio en las fachadas de los edificios; abajo de los cerros orientales, Bolívar cuenta que una frase allí plasmada llamó mucho más su atención...
“Recuerdo que era por los Transmilenios, vi un mural como de 8 pisos de altura y en ese dibujo había un niño sosteniendo una trompeta en su mano, y en el mural estaba escrito ‘Arte para la vida’. Entonces al yo leer ese mensaje me enamoré del arte callejero y prácticamente me cambió la vida para siempre”, contó Bolívar a Alerta Bogotá.
Pero este no es el único factor que llamó positivamente la atención del artista; la venta de minutos, el calor de la gente y la comida, en especial los popularmente conocidos como ‘corrientazos’, así como el caldo de costilla, estrecharon sus lazos con la cultura colombiana, por lo que afirma “le encanta” ser nuestro embajador a donde quiera que va.
Se cruzó con una artista colombiana que también le cautivó el corazón, y de su mano ha visitado el Eje Cafetero, varios pueblos de Cundinamarca y Medellín; pero afirmó que aún tiene pendiente venir a visitar muchos más destinos nacionales de nuestro país.
“Considero que la Comuna 13 tiene vibración, alegría, emprendimiento, show y lo que se vive allí es muy bello. Por supuesto, la gente en todos los lugares a los que he ido tiene calidez humana, amabilidad y busca una manera sana de ganarse la vida”, destacó.
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“El arte en Aruba estaba muerto”
Agregó que, al regresar a su país, comenzó a investigar por qué en Aruba no había arte para ver, ni galerías, considerando este aspecto prácticamente muerto en aquel paradisíaco lugar de la Isla Caribe.
Confiesa que, aunque este mural no era el más bello que haya visto, el mensaje que lo acompañaba lo persiguió hasta convertir su acartonado trabajo en el Gobierno y como multiempresario en una profesión mucho más social, “con una manera de pensar y de poder levantar arte dentro de un Distrito en ruinas para darle oportunidad al bolsillo de otras personas, y con la idea de pensar y crear”, afirmó.
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Bolívar se refiere a San Nicolás, un sector de la zona sur de Aruba, ubicado a unos 20 kilómetros de Oranjestad, su capital, que luego del cierre de la refinería que funcionaba desde ese Distrito, hace cerca de 40 años quedó en el total abandono. Sin embargo, el paso del tiempo no ha sido impedimento para todavía divisar tanques, plantas y procesadoras como rezagos de su historia.
El renacimiento de San Nicolás
Tito Bolívar decidió escoger el Distrito de San Nicolás para volver a darle vida a través del arte con la propuesta ‘Arte para vivir’, pues el norte de la Isla ya se movía por sí solo a través del turismo, que abarca el 80% del Producto Interno Bruto de esta Isla del Caribe, considerada una de las más seguras.
“Decidí levantar el festival de murales y comencé con el 'Aruba Art Fair', que incluye un programa en el que artistas plasman murales en las calles de San Nicolás, recobrando cada rincón y dándole un nuevo aire”, expuso el artista, quien también fundó hacia el año 2016 el ArtWeek Aruba.
Actualmente, este Distrito cuenta con 95 murales elaborados por talentos de todo el mundo, entre ellos, arubeños, latinoamericanos y, por supuesto colombianos, como la artista Lina Arias.
“Cada 3 o 4 años traigo a un colombiano a San Nicolás para decir gracias por haberme metido en este mundo del arte, porque mi inspiración viene de allá”, destacó Bolívar, quien también se encarga de hacer recorridos guiados por el lugar.
Obras que valen 'oro'
Cada casa, banco, comercio o sillas al paso del visitante, está estampado con arte y muchos colores. Sin embargo, llama la atención una obra elaborada por la artista chilena Isidora Paz, cuya imagen tardó 28 días en ser creada, con aplicaciones en oro, hecha con mosaiquismo y que ya está por cumplir 10 años expuesta en San Nicolás.
“Imagínate, estas en Aruba una de las islas más seguras del Caribe, donde tienes oro plasmado en la calle y nadie lo ha robado desde 2016. Por eso es conocida como ‘La Isla feliz’", señaló el fundador de esta idea y quien resaltó tener obras avaluadas en 500 dólares y hasta por un poco más.
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En estas coloridas calles también se viven temporadas de Carnaval y ferias de arte, propicio para que los turistas gocen el doble con el recorrido de murales y, por qué no, un chapuzón en las bellas playas de Baby Beach, con acceso gratuito y a donde se puede llegar en bus o vehículo particular.
Un comienzo de año con carnavales
De acuerdo con Tito, en estos festivales en los que participan decenas de escuelas de danza, se combina música, baile, canto, comida, disfraces y mucho sol, que no se va durante 360 días de la isla.
“Los carnavales de Aruba son explosión de alegría, color, música y es el momento ideal para estar en Aruba porque todo el mundo está extra feliz, celebrando el evento cultural más grande de Aruba, que comienza el primer sábado de enero y termina el último domingo antes del miércoles de ceniza”, afirmó el artista, quien, como los demás 120 mil habitantes de la Isla, domina los 4 idiomas obligados allí: el papiamento, el holandés, el inglés y el español.
Como en Colombia, quienes han tenido la oportunidad de recorrer la Comuna 13 en Medellín, Getsemaní en Cartagena, así como en Bogotá los sectores de La Candelaria, el centro y El Distrito Grafiti en la localidad de Puente Aranda; también podrán con libre acceso, encontrar la autenticidad de Aruba en un barrio que por muchos años había caído en la dejadez, las ruinas y el olvido, con la ventaja de avistar muy de cerca el azul turquesa de la isla, fusionado con los murales de San Nicolás, ahora uno de los lugares turísticos más importantes de ‘La Isla Feliz’.