En Colombia existen varios tipos de contrato laboral, y conocer sus diferencias es fundamental para evitar errores que pueden afectar los derechos del trabajador. Los más comunes son el contrato a término fijo, el contrato a término indefinido y el contrato por obra o labor. 

El primero tiene una fecha de finalización clara, y suele renovarse automáticamente, pero no genera la misma estabilidad que uno indefinido. El segundo no tiene una fecha límite y es el más buscado por los trabajadores, ya que permite mayor continuidad. Por su parte, en el contrato por obra o labor se vincula a una tarea específica y se termina una vez se cumpla.

Muchas personas aspiran a conseguir un contrato laboral formal, especialmente uno a término indefinido, por la estabilidad que representa en ingresos, afiliación a seguridad social y posibilidades de acceder a créditos o vivienda. Sin embargo, el deseo de firmar rápidamente un contrato puede llevar a pasar por alto aspectos clave del documento. 

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El contrato de trabajo establece las condiciones en las que se desarrollará la relación laboral: funciones, salario, jornada, prestaciones, tiempo de duración, y otras cláusulas que pueden tener consecuencias importantes.

Además de esto, el contrato define los derechos y deberes que tienen los trabajadores y los empleados mientras exista la relación laboral. Por tal motivo, es fundamental que, antes de firmarlo, se tomen ciertas prevenciones.

Tres errores comunes a la hora de firmar un contrato laboral

Aunque la ley exige que estos documentos se redacten con base en lineamientos claros, en la práctica muchos empleados aceptan condiciones sin entenderlas del todo. Esto no solo puede vulnerar sus derechos, sino también generar conflictos laborales a futuro. 

Entre los errores más frecuentes, hay tres que destacan por su gravedad: no especificar el tipo de contrato, omitir detalles sobre salario y beneficios, y no incluir cláusulas de terminación ni de confidencialidad.

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Uno de los primeros errores, y posiblemente el más común, es no definir si el contrato es a término fijo, indefinido o por obra o labor. Esto puede afectar directamente la estabilidad laboral, el acceso a indemnizaciones y la duración del vínculo con la empresa. 

A esto se suma la falta de información precisa sobre el pago y los beneficios del trabajador: es indispensable que el contrato incluya el salario acordado, la periodicidad del pago, prestaciones sociales y cualquier otro beneficio adicional. Dejar estos aspectos sin definir abre la puerta a malentendidos y posibles incumplimientos.

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El tercer gran error es no establecer de manera clara las condiciones de terminación del contrato, así como las cláusulas de confidencialidad o exclusividad. En muchos casos, los empleadores alegan justa causa para terminar un contrato por conductas que no estaban previamente estipuladas como faltas. Esto deja al trabajador en desventaja y puede derivar en conflictos legales. Además, hay empleadores que no entregan copia del contrato al trabajador, lo que impide hacer valer sus derechos si se presentan irregularidades.

Otros errores frecuentes incluyen establecer periodos de prueba superiores a los permitidos por ley, redactar términos ambiguos respecto a las funciones del cargo, y añadir cláusulas abusivas que afectan al trabajador.