
¿Quién paga si se rebosan las tuberías por las lluvias? Evite líos legales con el arrendador
Bogotá atraviesa desde octubre y hasta mediados de diciembre la segunda temporada de lluvias del año, un periodo que trae consigo un incremento en las precipitaciones. Según el Instituto Distrital de Gestión de Riesgos y Cambio Climático (IDIGER), se espera que las lluvias aumenten entre un 25 % y un 60 %, con mayor impacto en el sur, centro-occidente y suroccidente de la capital.
Esto está relacionado con la influencia del fenómeno de La Niña, que genera condiciones más húmedas en buena parte del país. Ante este panorama, las autoridades han recomendado fortalecer las acciones de prevención y preparación, tanto en las zonas urbanas como en los hogares, para reducir riesgos y evitar emergencias.
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Durante los últimos días, las lluvias han causado encharcamientos e inundaciones en distintos puntos de la ciudad. Algunas viviendas también se han visto afectadas por filtraciones, daños en techos o fallas en las tuberías, lo que obliga a realizar reparaciones urgentes para mantener en buen estado las viviendas y prevenir daños mayores.
¿Quién debe pagar los daños si se rebosan las tuberías por las lluvias?
Antes de determinar quién debe pagar una reparación en una vivienda arrendada, lo primero es entender qué tipo de daño se presenta y qué tan urgente es solucionarlo. No todas las reparaciones son iguales: algunas garantizan que el inmueble siga siendo habitable, mientras que otras responden al desgaste natural o al mal uso.
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Las reparaciones necesarias son aquellas que permiten mantener la vivienda en condiciones seguras y habitables. En esta categoría entran problemas como tuberías dañadas, filtraciones en techos o fallas eléctricas. Este tipo de arreglos, por lo general, deben ser asumidos por el arrendador, ya que hacen parte del mantenimiento esencial de la propiedad y no dependen del uso que le dé el arrendatario.
En épocas de lluvias intensas, como las que atraviesan muchas ciudades del país, es común que algunas viviendas sufran rebosamientos en lavamanos, sanitarios o sifones. En estos casos, si una familia arrendada se ve afectada, el dueño del inmueble está en la obligación de asumir los costos de la reparación, pues se trata de una urgencia que compromete directamente las condiciones de habitabilidad.
Sin embargo, si el propietario no actúa con la debida rapidez, el arrendatario puede hacer los arreglos, siempre y cuando informe previamente al dueño. Después de realizar la reparación, podrá exigir el reembolso del dinero invertido, presentando las facturas y pruebas que demuestren que el daño no fue ocasionado por un mal uso del inmueble.
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Este tipo de situaciones suelen generar tensiones entre propietarios e inquilinos, especialmente cuando surge la duda de quién debe cubrir los gastos. En épocas de lluvias, las filtraciones o los problemas estructurales pueden volverse motivo de conflicto, ya que muchas veces una de las partes considera que la otra no está cumpliendo con sus compromisos dentro del contrato de arrendamiento.
Por eso, los expertos recomiendan que arrendadores y arrendatarios conozcan a fondo sus responsabilidades legales y mantengan una comunicación clara para evitar malentendidos. Establecer de antemano quién se encargará de las reparaciones y del mantenimiento básico, a través del contrato de arrendamiento, puede prevenir disputas y garantizar que la propiedad se conserve en buenas condiciones durante toda la temporada de lluvias.