Embalses alcanzaron la meta del 70%: el nivel que esperaba Bogotá

Después de más de un año de restricciones, Bogotá y once municipios de Cundinamarca pueden respirar tranquilos: los embalses del sistema Chingaza alcanzaron niveles óptimos y el racionamiento de agua ha llegado a su fin. La medida, adoptada por el alcalde Carlos Fernando Galán en medio de una de las sequías más severas de los últimos años, había obligado a los ciudadanos a modificar sus hábitos diarios, incluyendo duchas exprés de tres minutos.

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Chingaza y Chuza superan el 70%

El alcalde Galán y la gerente de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá, Natacha Avendaño, confirmaron la buena noticia. “Hoy, 12 de junio, alcanzamos el 70% en el sistema Chingaza y más del 71% en el embalse de Chuza. No veíamos estos niveles desde octubre y diciembre de 2022 respectivamente”, afirmó Avendaño.

Según los expertos, este aumento se debe a las lluvias recientes en las cuencas altas de los ríos que alimentan el sistema. Además, se destacó la respuesta ciudadana durante la emergencia: “Llegamos hasta aquí también gracias al esfuerzo de todos los bogotanos que se pusieron la camiseta del ahorro”, señaló la funcionaria.

Un año difícil, pero con resultados

La medida de racionamiento —que incluía cortes programados por sectores y campañas de sensibilización— fue criticada por algunos sectores, pero resultó ser fundamental para evitar un colapso en el suministro. “Tomar esa decisión permitió frenar la velocidad a la que estábamos perdiendo agua en el sistema”, explicó Galán.

El sistema Chingaza es responsable de abastecer al 70% de la población de Bogotá y su área metropolitana, por lo que mantener su estabilidad es crucial para la seguridad hídrica de la región.

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El mensaje: seguir cuidando el agua

A pesar de la recuperación, las autoridades hacen un llamado a no bajar la guardia. “Esperamos que el ciclo hidrológico se mantenga favorable, pero necesitamos que los ciudadanos sigan cuidando el recurso. Cada gota cuenta”, puntualizó Avendaño.

Con los embalses en niveles históricos de recuperación, los bogotanos por fin podrán relajarse bajo la ducha sin contar los segundos. No obstante, queda la lección: el agua es un recurso finito y su uso responsable debe continuar siendo una prioridad.