Kennedy estrena eje ambiental
Kennedy estrena eje ambiental
Secretaría de Seguridad - Pixabay
6 Ago 2025 01:29 PM

Kennedy le cambia la cara al río Fucha: recupera su pulmón verde después de 14 años

J. Adriana
Pardo
La transformación del sendero del río Fucha es, en resumen, una victoria para el ambiente, la seguridad y el tejido social de Kennedy.

El río Fucha, también conocido como río San Cristóbal, es uno de los afluentes más importantes que cruzan la capital colombiana. Su cauce nace en el páramo Cruz Verde y atraviesa alrededor de 22 kilómetros urbanos, regando barrios emblemáticos como San Cristóbal, Antonio Nariño, Kennedy y Fontibón.

Su historia va de la mano con el desarrollo industrial y social de la ciudad y, durante años, fue motor económico y eje de barrios obreros. Sin embargo, la presión urbana, la contaminación y el descuido convirtieron parte de su ronda en un foco de degradación ambiental, especialmente a su paso por Kennedy.

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Un cambio con mano firme: así fue la intervención

Durante más de una década, el sendero del río Fucha en Kennedy se transformó en un botadero a cielo abierto y un centro de acopio informal, acumulando más de 110 toneladas de basura y escombros.

La reciente intervención liderada por la Alcaldía Mayor de Bogotá, junto con empresas y organizaciones ambientales, logró el desmonte total de estructuras ilegales, la recolección masiva de residuos y la recuperación de 4,500 metros cuadrados de espacio público.

Esta recuperación no solo representa una limpieza superficial, sino que apuesta por la resignificación del río como espacio de encuentro y apropiación ciudadana. Además de la limpieza, se instalaron luminarias para garantizar la seguridad y se reforestó la zona con especies nativas (sumando más de 2,000 árboles en el corredor ambiental).

La ronda, antes insegura y marginada, ahora invita a caminar y pedalear, fomentando la movilidad sostenible y la integración de la comunidad.

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Impacto ambiental y social: mucho más que un lavado de cara

El parque lineal y la alameda del río Fucha se concibieron como proyectos de alto impacto que buscan revertir años de desinterés institucional y social. La descontaminación paulatina del río, la remoción de residuos y el retorno de la fauna han cambiado la percepción de uno de los mayores afluentes urbanos.

Estas obras fueron acompañadas por jornadas pedagógicas, talleres y recorridos patrimoniales organizados por entidades como el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural (IDPC), que brindaron a la ciudadanía la oportunidad de reconectarse con su entorno y valorar su importancia histórica, ambiental y social.

La inversión para este tipo de proyectos supera el billón de pesos, mostrando el compromiso de la capital con la restauración ecológica y la mejora en la calidad de vida. La clave está en que los bogotanos le den la cara al río, se apropien de él y lo cuiden como un activo público y natural.

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Kennedy: ejemplo de resiliencia urbana y compromiso ciudadano

Recuperar el sendero del río Fucha es un reflejo de la capacidad que tienen los bogotanos para transformar su territorio. Más allá de la inversión y la obra física, el proceso involucró a líderes comunitarios, jóvenes, recicladores y organizaciones ambientales, que entendieron el valor de este corredor. Esta alianza entre autoridades y ciudadanos es la que garantiza la sostenibilidad a largo plazo del espacio recuperado.

La limpieza no fue solo una tarea institucional: vecinos participaron activamente en jornadas de recolección y en la vigilancia para impedir futuros focos de contaminación y ocupación. Así, Kennedy se convierte en ejemplo nacional de cómo la participación y la apropiación social pueden cambiarle la cara a una localidad.