
El Decreto 768 de 2025 introduce una obligación concreta para las propiedades horizontales: mantener un censo actualizado de animales de compañía disponible para la autoridad de policía. La norma demanda que copropiedades y administraciones dispongan de un registro que facilite la verificación frente a incidentes de convivencia y seguridad, sin detallar exactamente qué campos debe incluir ese listado.
Censo de mascotas: alcance y dudas
La exigencia obliga a las juntas de administración a estructurar un protocolo local. Fuentes jurídicas y administradores recomiendan que el registro contemple, como mínimo, el nombre de la mascota, el nombre del propietario y datos básicos de salud como vacunas. No obstante, la falta de precisión en el decreto genera incertidumbre sobre el detalle exacto de la información y sobre las garantías de protección de datos personales.
Le puede interesar: Parquear en conjuntos no tendrá enredos: administradores se evitan peleas
Propiedad horizontal y logística operativa
En la práctica, la recomendación más extendida es custodiar el censo en la portería, por disponer de atención las 24 horas, aunque la norma solo exige que esté "a disposición de la autoridad". Para ejecutar el registro los administradores deberán organizar visitas, campañas informativas y mecanismos para actualizar la información, lo que implica un esfuerzo administrativo adicional.
Medidas complementarias y vigilancia
El decreto incorpora otras disposiciones que tocan la convivencia en la copropiedad: refuerza la obligación de registrar caninos de manejo especial, exige pólizas de responsabilidad civil y recuerda el uso de bozal y traílla en áreas comunes. Además, aclara que no se aceptarán como prueba registros obtenidos vulnerando la intimidad.
La norma reafirma el rol de los comités de convivencia como primera instancia para dirimir conflictos vecinales y ordena la entrega de documentos requeridos por autoridades cuando una orden lo solicite, salvo que exista reserva legal.
Impactos esperados en residentes y administraciones
Para los administradores, el nuevo mandato significará trabajo de campo: notificaciones puerta a puerta, recolección de información y adecuación de protocolos de custodia y actualización. Para los dueños de mascotas implica disponer datos y documentación que, hasta ahora, muchas comunidades no exigían formalmente.
Entre las preocupaciones que han expresado abogados y representantes de copropiedades figuran la protección de datos y la necesidad de evitar solicitar información innecesaria que pueda vulnerar la privacidad de los residentes. En ese sentido, las administraciones deberán equilibrar la exigencia legal con el respeto a los derechos de los propietarios.
Le puede interesar: En los conjuntos tocaría soltar más plata: vigilantes salen ganando
Un paso hacia la tenencia responsable
El nuevo requerimiento se presenta como una herramienta para promover la tenencia responsable y mejorar la capacidad de respuesta en situaciones de convivencia y emergencias. Sin embargo, la eficacia del censo dependerá de su implementación: claridad en los formatos, capacitación de las administraciones y campañas de información para residentes.